Introducción
Si eres amante de los sabores dulces y cremosos, esta mermelada de maní con leche condensada será tu nueva receta favorita. Su textura suave y su sabor intenso se combinan perfectamente para crear un postre sencillo y delicioso que puedes disfrutar en cualquier momento. Ideal para untar en pan, galletas o incluso para acompañar tus desayunos o meriendas. No se necesita mucho para hacerla, solo los ingredientes adecuados y un poco de paciencia. ¡Atrévete a probarla!
Ingredientes:
200 g de maní (cacahuates) pelados y tostados
1 taza de leche condensada
2 cucharadas de azúcar (opcional, según el gusto)
1 cucharadita de esencia de vainilla
1/4 taza de agua (ajustar según la consistencia deseada)
Instrucciones:
En una licuadora o procesador de alimentos, agrega los maníes y procesa hasta obtener una pasta suave. Puedes detenerte de vez en cuando para raspar los lados y asegurarte de que esté bien triturado.
En una olla a fuego bajo, vierte la pasta de maní junto con la leche condensada. Revuelve constantemente para evitar que se pegue.
Añade el azúcar (si deseas un toque más dulce) y la esencia de vainilla.
Agrega el agua poco a poco hasta alcanzar la consistencia deseada, más espesa o más líquida, según tu preferencia.
Cocina durante unos 5-10 minutos, removiendo bien para que todo se mezcle de manera homogénea.
Retira del fuego y deja enfriar antes de verter en un frasco hermético.
Consejos para servir y almacenar:
Sirve la mermelada en tostadas, galletas o como acompañante de helados.
Puedes agregar trozos pequeños de maní tostado a la mermelada para darle un toque extra de textura.
Esta mermelada se conserva muy bien en un frasco cerrado, en el refrigerador, durante aproximadamente 2 semanas.
Si deseas hacerla más espesa, simplemente cocina a fuego lento por más tiempo, removiendo constantemente.
Asegúrate de que el frasco esté completamente limpio y seco antes de guardarla, para que no se contamine.
Variaciones: