✨ Recupera el brillo perdido: 3 trucos caseros para pulir sartenes quemadas y dejarlas como nuevas

Introducción:
Con el tiempo y el uso frecuente, nuestras sartenes favoritas pueden acumular manchas negras, grasa incrustada y marcas de quemado difíciles de eliminar. Antes de pensar en tirarlas a la basura, te compartimos tres trucos caseros muy efectivos que te ayudarán a restaurarlas y devolverles su brillo original. Lo mejor: no necesitas productos costosos, solo ingredientes comunes que probablemente ya tienes en casa.

Ingredientes:

Para el Truco 1 (Bicarbonato y vinagre):

4 cucharadas de bicarbonato de sodio

1/2 taza de vinagre blanco

Agua caliente

Una esponja o estropajo

Para el Truco 2 (Sal gruesa y limón):

2 cucharadas de sal gruesa (puede ser marina)

1 limón grande cortado a la mitad

Un paño o esponja

Para el Truco 3 (Detergente en polvo y papel aluminio):

2 cucharadas de detergente en polvo (para ropa o lavavajillas)

Papel aluminio arrugado (en forma de bola)

Agua caliente

Guantes de limpieza

Instrucciones:

Truco 1: Bicarbonato y vinagre (para fondo muy quemado)

Espolvorea el bicarbonato de sodio sobre la parte quemada de la sartén.

Agrega vinagre blanco poco a poco y deja que haga efervescencia.

Llena la sartén con agua caliente hasta cubrir la zona afectada.

Deja reposar por 15 a 30 minutos.

Frota con una esponja y enjuaga. Repite si es necesario.

Truco 2: Sal gruesa y limón (para limpiar sin rayar)

Espolvorea la sal gruesa sobre la superficie sucia.

Usa medio limón como “esponja” y frótalo sobre la sal.

Exprime mientras frotas para que el ácido actúe.

Enjuaga con agua tibia y seca con un paño limpio.

Truco 3: Detergente en polvo y papel aluminio (para quemaduras más fuertes)

Cubre el fondo de la sartén con detergente en polvo.

Añade un poco de agua caliente hasta formar una pasta.

Usa la bola de papel aluminio como estropajo para frotar.

Enjuaga con agua tibia y seca completamente.

Consejos de presentación y almacenamiento:

Una vez limpia, puedes aplicar una capa fina de aceite vegetal y calentar la sartén para “curarla”, especialmente si es de hierro fundido.

Guarda las sartenes colgadas o con protectores de fieltro entre ellas para evitar rayaduras.

Evita lavar con productos abrasivos regularmente para alargar su vida útil.

Variaciones:

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