Introducción:
De pequeña, ¡estaba obsesionada con esta sopa! La comía una y otra vez, sin importar la estación del año. Hoy en día, esa misma receta sigue siendo una de mis favoritas, no solo por su sabor delicioso, sino por los recuerdos que trae consigo. Esta sopa es reconfortante, fácil de preparar y perfecta para compartir con los seres queridos. Si tú también tienes una receta que te hace sentir como en casa, ¡probemos esta deliciosa versión!
Ingredientes:
1 cucharada de aceite de oliva
1 cebolla pequeña, picada
2 zanahorias, peladas y cortadas en rodajas
2 ramas de apio, picadas
2 dientes de ajo, picados
4 tazas de caldo de pollo (puedes usar vegetal si prefieres una opción sin carne)
1 taza de fideos finos o de tu elección
1 hoja de laurel
Sal y pimienta al gusto
1 ramita de perejil fresco para decorar (opcional)
Instrucciones:
En una olla grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio.
Agrega la cebolla, las zanahorias y el apio. Cocina, revolviendo de vez en cuando, durante unos 5 minutos hasta que se ablanden ligeramente.
Añade el ajo picado y cocina por un minuto más hasta que libere su aroma.
Vierte el caldo de pollo en la olla y agrega la hoja de laurel. Lleva la mezcla a ebullición, luego reduce el fuego y deja cocinar a fuego lento durante 10-15 minutos, hasta que las verduras estén tiernas.
Añade los fideos y cocina según las indicaciones del paquete o hasta que estén al dente.
Sazona con sal y pimienta al gusto.
Sirve caliente, decorando con un poco de perejil fresco si lo deseas.
Consejos para servir y almacenar:
Para servir: Sirve la sopa bien caliente, acompañada de pan crujiente o una ensalada fresca.
Para almacenar: Puedes almacenar la sopa en un recipiente hermético en el refrigerador por hasta 3 días. Si decides congelarla, te recomiendo hacerlo sin los fideos, ya que podrían volverse blandos al descongelar. Simplemente cocina los fideos por separado cuando la vuelvas a calentar.
Variantes: