Introducción:
El sándwich de mantequilla de maní y mermelada es un clásico de la comida rápida y casera, pero ¿qué pasa cuando le damos un toque crujiente y dorado? Este delicioso sándwich frito es una versión mejorada que combina la suavidad de la mantequilla de maní con la dulzura de la mermelada, todo envuelto en una capa crujiente y dorada. Es perfecto para un desayuno reconfortante o una merienda deliciosa. A continuación, te compartimos la receta para que puedas disfrutar de esta maravilla de forma fácil y rápida.
Ingredientes:
2 rebanadas de pan de tu elección (pan blanco, integral o de avena)
2 cucharadas de mantequilla de maní
2 cucharadas de mermelada de tu preferencia (fresa, mora, etc.)
1 cucharada de mantequilla (para freír)
1 pizca de azúcar (opcional)
Instrucciones:
Preparar el sándwich: Unta la mantequilla de maní en una de las rebanadas de pan. Agrega la mermelada sobre la mantequilla de maní y cubre con la otra rebanada de pan.
Calentar la sartén: Coloca una sartén antiadherente a fuego medio y añade la mantequilla para freír.
Freír el sándwich: Coloca el sándwich en la sartén caliente y cocina por un lado hasta que esté dorado y crujiente, aproximadamente 2-3 minutos. Voltea con cuidado y cocina el otro lado hasta que también esté dorado y crujiente.
Servir: Retira el sándwich de la sartén y, si deseas, espolvorea un poco de azúcar por encima para un toque dulce adicional. Corta en mitades o cuartos, ¡y listo!
Consejos para servir y almacenar:
Para servir: Este sándwich se puede acompañar con una bebida fría o caliente, como leche, café o un jugo natural.
Almacenaje: Si sobran restos, puedes envolverlos en papel film o colocarlos en un recipiente hermético. Aunque este sándwich es mejor disfrutarlo recién hecho, puede almacenarse por un máximo de 1-2 días en el refrigerador.
Variantes: