Introducción:
La sandía, una de las frutas más refrescantes y deliciosas, es perfecta para disfrutar durante los días calurosos. Más allá de su sabor dulce y su jugosidad, esta fruta ofrece una gran cantidad de beneficios para la salud. Rica en agua, vitaminas y minerales, la sandía se convierte en un aliado ideal para hidratarse y mantener un bienestar general. A continuación, te presentamos sus propiedades y cómo incorporarla a tu dieta de manera deliciosa.
Ingredientes:
1 sandía fresca (preferiblemente de tamaño mediano o grande)
Hielo al gusto
Hojas de menta (opcional para decorar)
Limón (opcional para realzar el sabor)
Instrucciones:
Corta la sandía en mitades y luego en cuartos, retirando las semillas si lo deseas.
Con una cuchara grande, saca la pulpa de la sandía y colócala en un recipiente.
Si prefieres un toque más fresco, corta la pulpa en cubos pequeños y ponlos en el congelador durante 1 hora.
En una licuadora, agrega la pulpa de sandía (puedes añadir hielo y un toque de limón si deseas un sabor más refrescante).
Licúa hasta obtener una mezcla suave.
Sirve en copas o vasos altos, decorando con hojas de menta para un toque extra de frescura.
Consejos para servir y almacenar:
Sirve la sandía en rodajas o cubos para un snack rápido y saludable.
Puedes agregarla a ensaladas o incluso combinarla con otras frutas tropicales.
Para almacenar la sandía, guárdala en el refrigerador, preferiblemente en su estado intacto (sin cortar). Si ya la has cortado, envuélvela bien en plástico y consúmela en un par de días para preservar su frescura.
Variantes: