Introducción:
Las albóndigas al horno son una opción perfecta para quienes buscan una comida reconfortante, sabrosa y fácil de preparar. Este plato, preparado en una cazuela, es ideal para compartir en una comida familiar o con amigos. Su versatilidad y el delicioso sabor de las albóndigas combinadas con una rica salsa lo convierten en una opción que gusta a grandes y pequeños. En esta receta, las albóndigas se cocinan al horno para conseguir una textura jugosa por dentro y doraditas por fuera. ¡Te encantará!
Ingredientes:
500 g de carne molida (puede ser de res, cerdo o mixta)
1 huevo
1 taza de pan rallado
1 diente de ajo picado
1 cebolla pequeña picada finamente
1/2 taza de leche
1 cucharadita de orégano seco
1 cucharadita de albahaca seca
Sal y pimienta al gusto
Aceite de oliva (para rociar la cazuela)
1 taza de salsa de tomate
1/2 taza de caldo de pollo o vegetal
1 cucharada de azúcar (opcional, para balancear la acidez de la salsa)
1/4 de taza de queso rallado (opcional para gratinar)
Instrucciones:
Preparar las albóndigas:
En un bol grande, mezcla la carne molida con el huevo, el pan rallado, el ajo, la cebolla, la leche, el orégano, la albahaca, sal y pimienta. Mezcla bien hasta que los ingredientes estén bien incorporados.
Formar las albóndigas:
Con las manos, forma pequeñas bolitas del tamaño de una nuez. Colócalas en una bandeja o plato.
Cocinar las albóndigas:
Precalienta el horno a 180°C (350°F). Coloca las albóndigas en una cazuela previamente engrasada con un poco de aceite de oliva. Hornea durante unos 15-20 minutos o hasta que estén doradas por fuera.
Preparar la salsa:
Mientras se hornean las albóndigas, calienta una sartén a fuego medio. Agrega la salsa de tomate y el caldo, y cocina durante unos minutos. Si lo deseas, añade una cucharada de azúcar para suavizar la acidez. Ajusta la sal y pimienta al gusto.
Unir las albóndigas con la salsa:
Cuando las albóndigas estén listas, sácalas del horno y vierte la salsa por encima de las albóndigas en la cazuela. Si te gusta el queso, espolvorea un poco de queso rallado por encima y vuelve a meter la cazuela al horno durante 5 minutos para gratinar.
Servir:
Una vez las albóndigas estén bien cubiertas con la salsa y el queso fundido, sírvelas calientes acompañadas de arroz, puré de papas o pan para disfrutar de la salsa.
Consejos para servir y almacenar:
Servir: Este plato se puede acompañar con una guarnición de arroz blanco, ensalada fresca o puré de papas. También es delicioso con pan crujiente para mojar en la salsa.
Almacenar: Las albóndigas sobrantes se pueden almacenar en un recipiente hermético en el refrigerador hasta por 3 días. Si deseas guardarlas por más tiempo, puedes congelarlas después de hornearlas y conservarlas en el congelador hasta por 3 meses.
Variantes: