Introducción
Si buscas una receta original y práctica, este bizcocho salado en tarros es la opción ideal. Perfecto para picnics, aperitivos o simplemente para disfrutar de un bocado casero, este bizcocho combina ingredientes sencillos con un sabor delicioso. Además, al hornearlo en tarros individuales, se conserva mejor y es fácil de transportar.
Ingredientes
Para 7 tarros medianos necesitarás:
250 g de harina
1 sobre de levadura química (polvo de hornear)
3 huevos
150 ml de leche
100 ml de aceite de oliva
100 g de queso rallado (cheddar, parmesano o el de tu preferencia)
150 g de jamón en cubos o panceta
1 cucharadita de sal
½ cucharadita de pimienta
1 cucharadita de hierbas provenzales (opcional)
Instrucciones
Precalienta el horno a 180°C y engrasa los tarros con un poco de aceite o mantequilla.
Mezcla los ingredientes secos: en un bol, tamiza la harina junto con la levadura, la sal, la pimienta y las hierbas.
Prepara la mezcla líquida: en otro recipiente, bate los huevos con la leche y el aceite hasta obtener una mezcla homogénea.
Une ambas preparaciones: añade poco a poco los ingredientes secos a la mezcla líquida, removiendo con una espátula o varillas.
Incorpora el queso y el jamón y mezcla suavemente para distribuir los ingredientes de manera uniforme.
Llena los tarros hasta ¾ de su capacidad, dejando espacio para que el bizcocho suba.
Hornea durante 25-30 minutos o hasta que al insertar un palillo, este salga limpio.
Deja enfriar antes de servir o tapar los tarros para su conservación.
Consejos para servir y almacenar
Sirve estos bizcochos salados con mantequilla, queso crema o una ensalada fresca.
Puedes conservarlos en los tarros bien cerrados hasta 3 días a temperatura ambiente o refrigerados hasta por una semana.
Si deseas prolongar su vida útil, congélalos y caliéntalos antes de consumirlos.
Variaciones