Introducción:
Si alguna vez has temido la tarea de limpiar tu horno, no estás solo. Los residuos de grasa y los restos de comida pueden hacer que esta tarea sea una de las más difíciles del hogar. Sin embargo, con el truco adecuado, mantener tu horno reluciente no tiene por qué ser un esfuerzo titánico. En este artículo, te revelamos un método sencillo y efectivo para lograrlo sin tener que pasar horas frotando. ¡Verás lo fácil que es!
Ingredientes:
Bicarbonato de sodio
Vinagre blanco
Agua
Paño de microfibra o esponja suave
Rociador (opcional)
Guantes de limpieza (opcional)
Instrucciones:
Preparación: Comienza apagando y dejando enfriar el horno si ha estado en uso.
Haz una pasta: En un bol, mezcla bicarbonato de sodio con agua hasta formar una pasta espesa.
Aplicación: Con tus manos (o usando un paño), cubre todas las superficies internas del horno con la pasta de bicarbonato, prestando especial atención a las áreas más sucias.
Tiempo de acción: Deja reposar la pasta durante al menos 12 horas (si es posible, durante la noche).
Rociar vinagre: Al día siguiente, rocía vinagre blanco sobre la pasta. Verás cómo burbujea, lo que ayudará a aflojar la suciedad acumulada.
Limpieza final: Usa un paño húmedo o esponja para limpiar la mezcla y los restos de suciedad. Repite el proceso si es necesario.
Secado: Secar las superficies con un paño limpio y seco.
Consejos para servir y almacenar:
Para mantener tu horno limpio durante más tiempo, realiza esta limpieza profunda una vez al mes.
Evita usar productos abrasivos que puedan rayar las superficies del horno.
Si tienes un horno autolimpiante, siempre sigue las instrucciones del fabricante antes de usar este truco.
Variaciones: