Sirve las chips de calabacín acompañadas de una salsa de yogur o salsa de tomate para un extra de sabor.
Si deseas almacenarlas, pon las chips en un recipiente hermético una vez enfriadas. Pueden mantenerse crujientes durante 2-3 días, pero se recomienda comerlas lo antes posible para que no pierdan su textura crujiente.
Variantes
Chips de calabacín con especias: Añade hierbas secas como orégano, albahaca o tomillo a la mezcla de pan rallado para darle un toque extra de sabor.
Chips de calabacín picantes: Agrega un poco de chile en polvo o pimentón picante a la mezcla de especias para darle un toque de picante.
Chips de calabacín con limón: Rocía las chips con un poco de jugo de limón justo antes de servir para un toque fresco.
Preguntas frecuentes
¿Puedo hacer esta receta en el horno en lugar de la freidora? Sí, puedes hornear las chips en lugar de freírlas. Precalienta el horno a 200°C (390°F) y hornea las chips durante 15-20 minutos, o hasta que estén crujientes, volteándolas a mitad de cocción.
¿Es necesario usar queso parmesano? El queso parmesano ayuda a darles sabor y un toque crujiente, pero si prefieres una versión vegana o sin lácteos, puedes omitirlo o reemplazarlo por levadura nutricional.
¿Cómo puedo evitar que las chips se vuelvan blandas? Es importante cortar las rodajas de calabacín lo más finas posible para que queden crujientes. Además, evita sobrecargar la freidora o el horno, ya que el aire no circulará bien y las chips no se dorarán uniformemente.
¡Disfruta de estos sabrosos y saludables chips de calabacín en cualquier momento del día!