Introducción
Las patas de pollo, un ingrediente tradicional en diversas cocinas del mundo, son a menudo subestimadas a pesar de sus impresionantes beneficios nutricionales. Rica en colágeno, minerales y vitaminas esenciales, este alimento no solo es sabroso, sino también extremadamente beneficioso para la salud. A continuación, exploraremos cómo puedes aprovechar al máximo las patas de pollo y prepararlas de manera deliciosa y nutritiva.
Ingredientes:
1 kg de patas de pollo
2 dientes de ajo picados
1 cebolla mediana, picada
1 hoja de laurel
1 cucharadita de sal
1/2 cucharadita de pimienta negra
1 cucharada de salsa de soja
1 cucharada de aceite de oliva
1 litro de agua
1 cucharadita de cúrcuma (opcional, para dar color y sabor)
Instrucciones:
Preparación de las patas: Lava bien las patas de pollo, asegurándote de retirar cualquier resto de plumas. Corta las uñas si es necesario.
Cocción inicial: En una olla grande, agrega las patas de pollo y suficiente agua para cubrirlas. Lleva a ebullición, luego reduce el fuego y cocina a fuego lento durante unos 30 minutos para ablandarlas.
Sofrito: En una sartén, calienta el aceite de oliva. Añade la cebolla y el ajo picados, y cocina hasta que estén dorados.
Sazonar: Agrega la salsa de soja, sal, pimienta, cúrcuma (si decides usarla) y la hoja de laurel al sofrito. Mezcla bien.
Unir y cocinar: Agrega el sofrito a las patas de pollo en la olla y cocina a fuego lento durante 30-40 minutos más, hasta que las patas estén tiernas y bien sazonadas.
Servir: Una vez cocidas, retira las patas de pollo y colócalas en un plato. Sirve con arroz, papas o una ensalada fresca.
Consejos para Servir y Almacenar:
Servir: Puedes acompañar las patas de pollo con un poco de salsa picante o crema agria para un toque extra de sabor. También es ideal acompañarlas con arroz o una ensalada verde.
Almacenar: Guarda las patas de pollo sobrantes en un recipiente hermético en el refrigerador. Se conservan bien por hasta 3 días. También puedes congelarlas por hasta 3 meses.
Variantes: