Introducción
Desde tiempos antiguos, el laurel ha sido una planta venerada por sus propiedades aromáticas y medicinales. Mi abuela, con su sabiduría tradicional, siempre colocaba hojas de laurel en el refrigerador, asegurando que los alimentos se mantuvieran frescos por más tiempo y alejando malos olores. En este artículo, te contaré por qué este truco sigue siendo útil hoy en día y cómo puedes aplicarlo en casa.
Ingredientes
3-5 hojas de laurel secas
Un paño limpio o bolsa de tela (opcional)
Instrucciones
Selecciona hojas frescas o secas: Asegúrate de que sean naturales y no estén procesadas con químicos.
Distribuye en el refrigerador: Coloca una o dos hojas en cada compartimento, especialmente en el cajón de frutas y verduras.
Reemplaza periódicamente: Cambia las hojas cada tres o cuatro semanas para mantener su efectividad.
Opcional: Puedes colocarlas en una bolsita de tela para evitar que se dispersen.
Consejos para servir y almacenar
Si usas laurel en la cocina, guárdalo en un frasco hermético en un lugar seco y oscuro.
Para potenciar su efecto en el refrigerador, combínalo con bicarbonato de sodio o carbón activado.
Nunca coloques hojas húmedas, ya que podrían generar moho.
Variaciones