Introducción:
Este postre ha conquistado a todos y, por eso, te lo piden una y otra vez. Es tan delicioso que es un éxito en cada reunión y no puedes dejar de prepararlo. Con una combinación perfecta de sabores y texturas, se convierte en el final ideal para cualquier comida. Además, es tan sencillo de hacer que puedes prepararlo dos veces por semana sin problema. ¡Atrévete a probar esta receta y disfruta de una verdadera explosión de sabor!
Ingredientes:
200 g de galletas (pueden ser de vainilla o chocolate, según tu preferencia)
100 g de mantequilla derretida
500 ml de nata para montar
250 g de queso crema
100 g de azúcar
1 cucharadita de extracto de vainilla
200 g de frutas frescas o mermelada (opcional para decorar)
2 cucharadas de gelatina sin sabor
100 ml de agua
Instrucciones:
Preparar la base: Tritura las galletas en un procesador de alimentos hasta que queden bien molidas. Mezcla con la mantequilla derretida y extiende la mezcla en el fondo de un molde. Compacta bien y refrigera mientras preparas el relleno.
Preparar el relleno: En un bol grande, bate la nata hasta que esté bien firme. En otro bol, mezcla el queso crema con el azúcar y el extracto de vainilla hasta obtener una mezcla suave. Añade la nata montada con movimientos envolventes para mantener la esponjosidad.
Hidratar la gelatina: Coloca la gelatina en el agua fría y deja reposar unos minutos. Luego, caliéntala ligeramente hasta que se disuelva por completo. Incorpora la gelatina a la mezcla de queso y nata.
Montar el postre: Vierte la mezcla sobre la base de galletas que ya está fría. Refrigera al menos 3 horas para que se asiente bien.
Decorar y servir: Si deseas, puedes decorar con frutas frescas o un poco de mermelada encima. Sirve bien frío.
Consejos para servir y almacenar:
Servir: Asegúrate de cortar porciones pequeñas, ya que este postre es bastante dulce y satisfactorio. Acompáñalo con un café o té para un toque extra de sabor.
Almacenar: Guarda el postre en el refrigerador en un recipiente hermético. Se conserva bien durante 2-3 días, pero es ideal comerlo en las primeras 24 horas para mantener la frescura.
Variaciones:
