Introducción
Cada domingo por la mañana, antes de ir a la iglesia, mi abuela se aseguraba de que toda la familia disfrutara de un desayuno especial. Era más que una comida; era un momento de unión y amor. Su receta, transmitida de generación en generación, sigue ocupando un lugar privilegiado en mi corazón y en mi mesa. Hoy quiero compartir contigo este delicioso plato, lleno de historia y sabor.
Ingredientes
Para preparar esta receta necesitarás:
2 tazas de harina de trigo
1 taza de leche tibia
2 huevos
½ taza de azúcar
1 cucharadita de esencia de vainilla
1 pizca de sal
1 sobre de levadura seca (7 g)
4 cucharadas de mantequilla derretida
Aceite para freír (si es necesario)
Azúcar glas o miel para decorar
Instrucciones
Preparar la masa: En un tazón grande, mezcla la harina, el azúcar y la sal. En otro recipiente, disuelve la levadura en la leche tibia y deja reposar por 5 minutos.
Incorporar los ingredientes húmedos: Agrega los huevos, la vainilla y la mantequilla derretida a la mezcla de levadura. Luego, vierte lentamente esta mezcla en el tazón con los ingredientes secos.
Amasado y reposo: Amasa la mezcla hasta obtener una masa suave y homogénea. Cubre con un paño limpio y deja reposar en un lugar cálido por 1 hora, o hasta que duplique su tamaño.
Formar y cocinar: Dependiendo del tipo de receta (pueden ser panecillos, buñuelos o algún postre especial), forma porciones pequeñas y fríelas en aceite caliente o hornéalas a 180°C hasta que estén doradas.
Decoración final: Una vez listas, espolvorea con azúcar glas o añade miel por encima.
Consejos de Presentación y Almacenamiento
Sirve esta delicia recién hecha, acompañada de café o chocolate caliente.
Puedes almacenarlas en un recipiente hermético a temperatura ambiente por hasta dos días o en el refrigerador por una semana. Para recalentarlas, usa un horno a baja temperatura o una sartén sin aceite.
Variaciones