Introducción
La gelatina es un alimento comúnmente servido a los pacientes en hospitales, pero ¿sabías por qué? Además de ser deliciosa y versátil, la gelatina tiene propiedades que la hacen ideal para aquellos que están convalecientes. Es ligera, fácil de digerir y proporciona una fuente rápida de hidratación. En este artículo, exploraremos las razones por las que se da gelatina a los enfermos, junto con algunas recetas simples para disfrutarla en casa.
Ingredientes
1 paquete de gelatina en polvo (el sabor es opcional)
1 taza de agua caliente
1 taza de agua fría
1 cucharada de azúcar (opcional)
1/4 de taza de jugo natural de frutas (opcional, para un toque extra de sabor)
Instrucciones
Disolver el polvo de gelatina en una taza de agua caliente. Remueve bien hasta que se disuelva completamente.
Añadir el agua fría y continuar removiendo hasta que la mezcla esté homogénea.
Si prefieres una gelatina más dulce, añade el azúcar en este momento y mezcla hasta que se disuelva.
Para un toque de frescura, agrega jugo de frutas al gusto.
Vierte la mezcla en un recipiente o moldes pequeños.
Refrigera la gelatina por al menos 3-4 horas, o hasta que esté completamente firme.
Desmolda y disfruta de tu gelatina casera.
Consejos para servir y almacenar
La gelatina se puede servir sola o acompañada de frutas frescas, yogur o incluso un poco de crema batida.
Para almacenar, cubre la gelatina con plástico transparente o colócala en un recipiente hermético y mantenla en el refrigerador por 3-4 días.
Si la gelatina comienza a perder su firmeza, es una señal de que necesita ser consumida pronto.
Variantes