La Salsa de Un Millón de Dólares: Un Secreto Gourmet al Alcance de Todos

Introducción
Si alguna vez has probado una salsa tan deliciosa que parece sacada de un restaurante cinco estrellas, estás a punto de descubrir cómo hacerla en casa. La salsa de un millón de dólares es una combinación perfecta de cremosidad, sabor y un toque de sofisticación que eleva cualquier platillo. Ideal para acompañar carnes, mariscos, pastas o incluso como dip, esta receta es tan fácil de hacer que no creerás lo increíble que sabe.

Ingredientes
Para preparar esta salsa irresistible, necesitarás:

½ taza de mantequilla sin sal
1 taza de crema espesa o nata para cocinar
½ taza de queso parmesano rallado
2 dientes de ajo picados finamente
½ cucharadita de sal
¼ cucharadita de pimienta negra molida
½ cucharadita de mostaza Dijon (opcional, para un toque extra)
1 cucharada de jugo de limón fresco
2 cucharadas de vino blanco seco (opcional, pero altamente recomendado)
1 cucharadita de perejil fresco picado para decorar
Instrucciones
Derrite la mantequilla en una sartén a fuego medio. Añade el ajo picado y sofríelo hasta que esté fragante, unos 30 segundos.
Incorpora la crema espesa, removiendo constantemente para que se mezcle bien con la mantequilla y el ajo. Cocina a fuego lento durante unos 3 minutos.
Agrega el queso parmesano, la sal, la pimienta y la mostaza Dijon (si decides usarla). Remueve bien hasta que el queso se derrita por completo y la mezcla se vuelva homogénea.
Añade el vino blanco y el jugo de limón, removiendo constantemente. Cocina a fuego bajo durante 2-3 minutos más, hasta que la salsa tenga una textura sedosa y ligeramente espesa.
Retira del fuego y espolvorea el perejil fresco picado antes de servir.
Consejos para Servir y Almacenar
Esta salsa es ideal para acompañar pasta, pollo, mariscos o verduras al vapor.
Para un toque especial, sírvela sobre un filete de salmón o un corte de carne a la parrilla.
Puedes almacenar la salsa en un frasco hermético en el refrigerador por hasta 3 días. Para recalentar, hazlo a fuego bajo y añade un poco de leche o crema para devolverle su textura original.
Variantes

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