Pasta Fría: La Receta Clásica y 21 Variantes para Sorprender a Todos

Introducción
La pasta fría es una opción perfecta para esos días calurosos de verano o cuando buscas algo rápido, delicioso y fresco. Este plato versátil permite que se le agreguen infinidad de ingredientes, lo que lo convierte en una opción ideal tanto para un almuerzo ligero como para una comida completa. A continuación, te presentamos la receta base para hacer una pasta fría perfecta, así como 21 deliciosas variaciones para que puedas experimentar con diferentes sabores y combinaciones.

Ingredientes (para 4 porciones)

250 g de pasta corta (penne, fusilli, farfalle, etc.)
3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
1 cucharada de vinagre balsámico (opcional)
1 pizca de sal y pimienta al gusto
100 g de tomate cherry, cortados a la mitad
1 pepino, pelado y picado en cubos pequeños
100 g de aceitunas negras o verdes
150 g de queso feta o mozzarella en cubos
2 cucharadas de albahaca fresca picada
1 cucharadita de orégano seco
Instrucciones

Cocina la pasta en agua con sal según las instrucciones del paquete. Una vez cocida, escúrrela y enjuágala bajo agua fría para detener la cocción.
En un bol grande, mezcla la pasta ya enfriada con el aceite de oliva y el vinagre balsámico (si decides usarlo). Remueve bien para que la pasta quede bien impregnada.
Agrega los tomates cherry, pepino, aceitunas, queso feta (o mozzarella), albahaca y orégano. Mezcla todos los ingredientes con suavidad.
Salpica con sal y pimienta al gusto y mezcla nuevamente.
Deja reposar la pasta en la nevera durante al menos 30 minutos para que los sabores se integren bien antes de servir.
Consejos de presentación y almacenamiento

Presenta la pasta en un bol grande o en platos individuales, decorando con hojas de albahaca fresca o un toque extra de queso rallado.
Si deseas una textura aún más fresca, añade un poco de cebollín o aguacate antes de servir.
Para almacenar, guarda la pasta fría en un recipiente hermético en la nevera. Se puede conservar por 2-3 días, pero es mejor disfrutarla fresca para aprovechar al máximo su sabor.
Puedes servirla como acompañante o como plato principal en una comida ligera.
Variaciones

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