Pignolata: El Dulce Tradicional Italiano Que Encantará Tu Paladar

Introducción:
La Pignolata es un postre típico de la región de Sicilia, conocido por su textura crujiente y sabor delicioso. Este dulce tradicional se elabora a base de pequeños trozos de masa frita, cubiertos con miel y decorados con chispas de colores o confites. Ideal para cualquier ocasión, la Pignolata es un postre festivo y lleno de historia, que puedes preparar en casa para sorprender a tus seres queridos con una receta única y sabrosa.

Ingredientes:

500 g de harina
3 huevos
100 g de mantequilla
100 g de azúcar
1 cucharadita de levadura en polvo
Ralladura de 1 limón
1 pizca de sal
Aceite para freír
200 g de miel
50 g de azúcar
Chispas de colores o confites (opcional)
Instrucciones:

Preparar la masa: En un bol grande, mezcla la harina, la levadura, la pizca de sal y la ralladura de limón. Haz un hueco en el centro y agrega los huevos, el azúcar y la mantequilla derretida. Mezcla bien hasta obtener una masa suave y homogénea.

Formar la Pignolata: Divide la masa en pequeñas bolitas o trozos del tamaño de una nuez. Forma pequeñas bolitas con las manos y reserva.

Freír las bolitas: En una sartén grande, calienta el aceite a fuego medio-alto. Fría las bolitas de masa hasta que estén doradas y crujientes. Escúrrelas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.

Preparar el glaseado: En una sartén pequeña, calienta la miel y el azúcar a fuego bajo, removiendo constantemente hasta que el azúcar se disuelva y la mezcla esté bien integrada.

Montar la Pignolata: Coloca las bolitas fritas en un plato grande o una bandeja. Vierte la mezcla de miel caliente sobre las bolitas, asegurándote de que se cubran bien.

Decorar: Si lo deseas, decora con chispas de colores o confites para dar un toque festivo.

Dejar reposar: Deja que la Pignolata repose durante unos minutos para que la miel se endurezca un poco antes de servir.

Consejos para servir y almacenar:

Sirve la Pignolata en porciones pequeñas, idealmente acompañada de un buen café o té.
Almacena el postre en un recipiente hermético para mantener su frescura y crujido por más tiempo.
Si prefieres un toque extra de sabor, puedes añadir un chorrito de licor de anís sobre la miel antes de verterla sobre las bolitas.
Variaciones:

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