Introducción:
El Pollo a la Parmesana es un plato clásico que nunca pasa de moda. Con su crujiente capa de pan rallado, su jugosa carne y su irresistible capa de queso derretido, este platillo tiene el poder de unir a la familia y amigos en torno a la mesa. Con raíces en la cocina italiana, ha sido adoptado por muchas culturas y adaptado en distintas versiones. Perfecto para una comida reconfortante o para ocasiones especiales, el Pollo a la Parmesana es siempre una excelente elección.
Ingredientes:
4 pechugas de pollo (deshuesadas y sin piel)
1 taza de pan rallado (preferentemente de pan fresco)
1/2 taza de queso parmesano rallado
1 taza de salsa marinara (puede ser casera o comprada)
1 1/2 taza de queso mozzarella rallado
2 huevos batidos
1 taza de harina
Sal y pimienta al gusto
Aceite para freír (opcional, si prefieres hornear)
Albahaca fresca (opcional, para decorar)
Instrucciones:
Precalienta el horno a 180°C (350°F).
Coloca tres platos hondos: uno con harina, otro con los huevos batidos y otro con la mezcla de pan rallado y queso parmesano.
Sazona las pechugas de pollo con sal y pimienta.
Pasa cada pechuga por la harina, cubriéndola bien, luego por los huevos batidos y finalmente por la mezcla de pan rallado y queso parmesano.
Si prefieres freír, calienta un poco de aceite en una sartén grande a fuego medio-alto y fríe las pechugas hasta que estén doradas y crujientes (aproximadamente 4-5 minutos por lado).
Coloca las pechugas de pollo fritas en una bandeja para hornear. Si prefieres hornear, coloca las pechugas directamente en una bandeja ligeramente aceitada y hornea durante 20-25 minutos.
Saca las pechugas del horno, cubre cada una con una generosa cantidad de salsa marinara y espolvorea con queso mozzarella.
Hornea por 10 minutos más o hasta que el queso se derrita y burbujee.
Sirve caliente, adornado con albahaca fresca si lo deseas.
Consejos para servir y almacenar:
Sirve el Pollo a la Parmesana sobre una cama de pasta (espaguetis o fettuccine son opciones populares) o acompañada de una ensalada fresca.
Para almacenar las sobras, colócalas en un recipiente hermético y refrigéralas por hasta 3 días.
Puedes recalentar el pollo en el horno a 180°C durante unos 10 minutos para mantener la textura crujiente.
Si prefieres hacer el pollo con anticipación, puedes prepararlo hasta el paso de horneado y luego guardarlo en la nevera hasta el momento de hornearlo.
Variaciones: