Introducción
Si buscas un postre fácil, rápido y sin necesidad de usar el horno, esta receta es perfecta para ti. Con pocos ingredientes y un proceso sencillo, obtendrás un postre cremoso que se derrite en la boca. Ideal para cualquier ocasión, desde una reunión familiar hasta un antojo de medianoche.
Ingredientes:
1 lata de leche condensada
1 lata de leche evaporada
200 ml de crema de leche
10 g de gelatina sin sabor (o grenetina)
½ taza de agua tibia
1 cucharadita de esencia de vainilla
½ taza de azúcar (opcional)
Galletas tipo María o de vainilla (opcional, para la base)
Instrucciones:
Preparar la gelatina: Disuelve la gelatina en el agua tibia, revuelve bien y deja reposar unos minutos hasta que se hidrate completamente. Luego, caliéntala en el microondas por 10 segundos hasta que esté líquida.
Mezclar los ingredientes: En una licuadora, coloca la leche condensada, la leche evaporada, la crema de leche y la esencia de vainilla. Agrega el azúcar si deseas un postre más dulce. Licúa hasta obtener una mezcla homogénea.
Añadir la gelatina: Con la licuadora en marcha, agrega la gelatina derretida y mezcla bien.
Verter en moldes: Puedes usar un molde grande o porciones individuales. Si deseas una base crujiente, coloca galletas trituradas en el fondo antes de verter la mezcla.
Refrigerar: Lleva el postre al refrigerador por al menos 4 horas o hasta que esté completamente firme.
Servir y disfrutar: Puedes decorar con frutas frescas, caramelo o ralladura de chocolate para darle un toque especial.
Consejos para servir y almacenar:
Sírvelo bien frío para resaltar su textura cremosa.
Guarda el postre en el refrigerador hasta por 3 días en un recipiente hermético.
Si quieres desmoldarlo fácilmente, pasa un cuchillo húmedo por los bordes antes de voltear el molde.
Variaciones: