Introducción
El limón es una de las frutas más versátiles y beneficiosas para la salud, pero ¿sabías que congelarlo puede potenciar aún más sus propiedades? Congelar los limones permite aprovechar su cáscara, pulpa y jugo al máximo, dándote acceso a todos sus nutrientes y antioxidantes. En este artículo, descubrirás los beneficios de los limones congelados, cómo prepararlos y las mejores maneras de incorporarlos a tu alimentación diaria.
Ingredientes:
3-5 limones frescos y orgánicos
Agua (opcional, para lavar los limones antes de congelarlos)
Instrucciones:
Lava bien los limones: Usa agua con un poco de vinagre o bicarbonato para eliminar impurezas y residuos de pesticidas.
Sécalos completamente: Antes de congelar, asegúrate de que estén completamente secos.
Congela los limones enteros: Colócalos en una bolsa hermética y guárdalos en el congelador.
Ralla el limón congelado: Cuando necesites usarlo, saca un limón del congelador y rállalo completamente, incluyendo la cáscara, pulpa y semillas.
Añádelo a tus comidas: Espolvorea la ralladura sobre ensaladas, batidos, postres, sopas o tés para potenciar su sabor y beneficios.
Consejos para servir y almacenar:
Puedes almacenar los limones enteros hasta 3 meses en el congelador sin perder sus propiedades.
Si prefieres, puedes cortar el limón en rodajas antes de congelarlo para facilitar su uso en bebidas o infusiones.
Guarda la ralladura en un frasco hermético dentro del congelador para usarla en cualquier momento.
Variaciones:
