Rollitos de lomo de cerdo gratinados: una delicia crujiente y jugosa para tus cenas

Introducción:
Los rollitos de lomo de cerdo gratinados son el plato perfecto para impresionar a tus invitados o disfrutar de una comida especial en familia. Con una capa exterior crujiente y un interior jugoso y tierno, estos rollitos combinan texturas y sabores que conquistan el paladar. Esta receta es fácil de preparar y puede adaptarse a tus preferencias, ofreciendo una cena deliciosa que no dejará a nadie indiferente.

Ingredientes:

4 filetes de lomo de cerdo
100 g de queso rallado (puede ser mozzarella, cheddar o una mezcla de ambos)
2 cucharadas de mostaza Dijon
2 cucharadas de pan rallado
1 huevo
2 cucharadas de harina
Aceite de oliva
Sal y pimienta al gusto
Ramitas de romero o tomillo (opcional)
Ajo en polvo al gusto
50 g de mantequilla
Instrucciones:

Precalienta el horno a 180°C (350°F).
Aplana los filetes de lomo de cerdo con un mazo para carne hasta que tengan un grosor uniforme, pero sin romperse.
Sazona los filetes con sal, pimienta y ajo en polvo.
Extiende una capa delgada de mostaza sobre cada filete y espolvorea con una parte del queso rallado.
Enrolla los filetes de cerdo como si fueran un cilindro, asegurándote de que el queso quede dentro.
Pasa los rollitos por la harina, luego por el huevo batido y, finalmente, por el pan rallado.
En una sartén grande, calienta un poco de aceite de oliva y dora los rollitos por todos los lados durante unos 5-7 minutos.
Coloca los rollitos en una bandeja de horno, agrega el resto del queso rallado encima y hornea durante 10-12 minutos, o hasta que estén bien cocidos y dorados.
Si lo deseas, añade una pequeña ramita de romero o tomillo sobre cada rollito antes de servir.
Consejos para servir y almacenar:

Sirve los rollitos acompañados de una ensalada fresca o un puré de papas cremoso para complementar la textura crujiente de los rollitos.
Los rollitos se pueden almacenar en un recipiente hermético en el refrigerador hasta por 3 días. Para recalentarlos, colócalos en el horno durante unos minutos para recuperar la textura crujiente.
Si prefieres una versión más ligera, puedes omitir el pan rallado y hornear los rollitos sin freírlos previamente.
Variaciones:

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