Sal y limón: Si no tienes bicarbonato y vinagre, puedes usar sal gruesa y jugo de limón para limpiar sartenes de manera efectiva.
Pasta de bicarbonato y agua: Para manchas más persistentes, haz una pasta con bicarbonato de sodio y un poco de agua, aplícala y deja reposar antes de frotar.
Agua caliente y jabón de platos: Para una limpieza rápida, hervir agua con jabón en la sartén puede ayudar a despegar residuos pegados.
Preguntas frecuentes
¿Este método funciona en todo tipo de sartenes?
Sí, pero debes tener cuidado con las sartenes antiadherentes, ya que el bicarbonato puede ser ligeramente abrasivo. Para estas, usa una esponja suave y evita frotar con fuerza.
¿Puedo usar este método en ollas quemadas?
¡Por supuesto! Este truco también funciona en ollas de acero inoxidable, aluminio y hierro fundido.
¿Con qué frecuencia debo limpiar mis sartenes de esta manera?
Depende del uso. Si notas acumulación de grasa o manchas difíciles de quitar, puedes hacerlo una vez al mes o según sea necesario.
Con estos sencillos pasos, tus sartenes volverán a estar limpias y brillantes sin esfuerzo. ¡Pruébalo y sorpréndete con los resultados!
