Introducción:
La tarta de fresas con natillas es una combinación perfecta de frescura y suavidad que encanta a los amantes de los postres. Esta receta no solo es deliciosa, sino que también tiene un toque elegante, ideal para ocasiones especiales o simplemente para disfrutar en familia. La suavidad de las natillas combina a la perfección con el toque ácido de las fresas, creando un equilibrio de sabores inigualable. ¡Te invitamos a probar esta receta que, sin duda, se convertirá en un favorito en tu cocina!
Ingredientes:
1 base de masa quebrada (puede ser comprada o casera)
500 ml de leche
4 yemas de huevo
100 g de azúcar
1 cucharadita de esencia de vainilla
40 g de maicena
300 g de fresas frescas
2 cucharadas de azúcar glas (opcional)
Un poco de mermelada de fresa (opcional, para dar brillo)
Instrucciones:
Preparar las natillas: En una cacerola, calienta la leche a fuego medio. En un bol, bate las yemas con el azúcar y la maicena hasta obtener una mezcla homogénea.
Cuando la leche esté caliente, vierte un poco sobre la mezcla de yemas y bate rápidamente para templarlas. Vuelve a verter la mezcla en la cacerola con el resto de la leche caliente y cocina a fuego bajo, removiendo constantemente, hasta que espese. Agrega la esencia de vainilla y retira del fuego.
Preparar la base de la tarta: Si usas una base de masa quebrada comprada, hornéala según las instrucciones del paquete. Si es casera, hornea a 180°C durante unos 10-12 minutos, o hasta que esté dorada y crujiente.
Montar la tarta: Vierte las natillas ya frías sobre la base de masa. Lava y corta las fresas en láminas y colócalas cuidadosamente sobre las natillas, decorando toda la superficie de la tarta.
Si deseas un toque extra de brillo, puedes calentar un poco de mermelada de fresa y, con un pincel, aplicarla sobre las fresas.
Dejar reposar: Refrigera la tarta durante al menos 2 horas para que se asienten bien los sabores y la tarta esté bien fría.
Consejos para servir y almacenar:
Servir: Esta tarta se sirve mejor bien fría, después de reposar en la nevera durante unas horas. Puedes acompañarla con un poco de nata montada o crema fresca para hacerla aún más indulgente.
Almacenaje: Guarda la tarta en el refrigerador en un recipiente hermético. Se conserva bien durante 2-3 días, aunque es recomendable consumirla dentro de las primeras 24 horas para que las fresas se mantengan frescas.
Servir individualmente: Si prefieres porciones individuales, puedes hacer mini tartas utilizando moldes pequeños para tartas.
Variaciones: