Introducción:
La tarta de ricotta y fresas es una delicia ligera y sofisticada que combina la suavidad del queso ricotta con la frescura y el toque dulce de las fresas. Ideal para el verano o cualquier celebración, esta receta es perfecta para quienes buscan un postre que sea tanto sabroso como visualmente atractivo. Su base crujiente y su relleno cremoso hacen de esta tarta una opción irresistible para los amantes de los postres refinados.
Ingredientes:
250 g de queso ricotta
200 g de fresas frescas (más algunas para decorar)
150 g de galletas digestivas o galletas de avena
75 g de mantequilla derretida
100 ml de nata para montar
75 g de azúcar
1 cucharadita de extracto de vainilla
1 cucharada de gelatina en polvo
3 cucharadas de agua fría
Instrucciones:
Preparar la base: Tritura las galletas en un procesador de alimentos hasta que queden en polvo. Mezcla con la mantequilla derretida y presiona la mezcla en el fondo de un molde desmontable de 24 cm, formando una capa uniforme. Lleva al refrigerador mientras preparas el relleno.
Preparar el relleno: En un bol grande, bate el queso ricotta con el azúcar, la nata para montar y el extracto de vainilla hasta obtener una mezcla suave y cremosa.
Disolver la gelatina: Hidrata la gelatina en polvo en las tres cucharadas de agua fría y, luego, caliéntala a fuego lento hasta que se disuelva completamente. Deja enfriar ligeramente.
Montar la mezcla: Incorpora la gelatina disuelta a la mezcla de ricotta y bate nuevamente hasta que quede bien integrada.
Montar la tarta: Vierte el relleno sobre la base de galleta y alisa la superficie. Deja reposar en el refrigerador durante al menos 4 horas o hasta que el relleno esté firme.
Decorar y servir: Antes de servir, decora la tarta con las fresas frescas cortadas en rodajas. Puedes agregar un poco de menta para un toque fresco.
Consejos para servir y almacenar:
Servir: Acompaña la tarta con una bola de helado de vainilla o un poco de crema batida para añadir más textura.
Almacenaje: Guarda la tarta en el refrigerador, cubierta con film transparente, durante un máximo de 2-3 días. No se recomienda congelar debido a la textura cremosa del relleno.
Variaciones: