Introducción
El pescado frito es un clásico irresistible en muchas cocinas del mundo. Su dorado crujiente por fuera y la jugosidad por dentro lo convierten en un platillo perfecto para cualquier ocasión, ya sea una comida familiar o una reunión especial. Sin embargo, lograr esa textura ideal requiere algunos trucos y la receta adecuada. Aquí te compartimos la mejor manera de hacerlo para que siempre te quede espectacular.
Ingredientes
Para 4 porciones necesitarás:
4 filetes de pescado fresco (tilapia, merluza, bacalao o el de tu preferencia)
1 taza de harina de trigo
½ taza de fécula de maíz (maicena)
1 cucharadita de sal
½ cucharadita de pimienta negra molida
1 cucharadita de ajo en polvo
1 cucharadita de paprika o pimentón dulce
1 huevo
¾ de taza de agua fría con gas o cerveza helada
Aceite vegetal para freír (puede ser de girasol o maíz)
Rodajas de limón para acompañar
Instrucciones
Preparar el rebozado: En un tazón, mezcla la harina, la fécula de maíz, la sal, la pimienta, el ajo en polvo y la paprika.
Agregar los líquidos: Incorpora el huevo y la cerveza helada o el agua con gas. Mezcla bien hasta obtener una masa homogénea y sin grumos.
Calentar el aceite: En una sartén profunda o freidora, calienta suficiente aceite a 180°C (350°F).
Sumergir el pescado: Pasa cada filete por la mezcla de rebozado asegurándote de cubrirlo completamente.
Freír correctamente: Coloca con cuidado los filetes en el aceite caliente y fríe por 3-5 minutos por cada lado hasta que estén dorados y crujientes.
Escurrir y servir: Retira el pescado y colócalo sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Consejos para servir y almacenar
Sirve con rodajas de limón y una salsa tártara o mayonesa con ajo.
Acompaña con ensalada fresca, arroz o papas fritas.
Para almacenar, deja enfriar completamente antes de guardarlo en un recipiente hermético en el refrigerador por hasta 2 días.
Para recalentar, usa el horno a 180°C por unos minutos o una freidora de aire para recuperar la textura crujiente.
Variaciones