Introducción:
Los rollitos crujientes de calabacín son una deliciosa propuesta para disfrutar durante los días calurosos de verano. Este aperitivo combina la frescura y la suavidad del calabacín con un toque dorado y crujiente que hace que cada bocado sea irresistible. Son perfectos como entrante en reuniones familiares o como snack para cualquier ocasión especial. Con pocos ingredientes, este plato es fácil de preparar y, además, muy sabroso.
Ingredientes:
2 calabacines medianos
100 g de queso rallado (puede ser mozzarella o parmesano)
1 huevo
50 g de pan rallado
1 cucharadita de ajo en polvo
1 cucharadita de hierbas secas (orégano o albahaca)
Aceite de oliva (para freír)
Sal y pimienta al gusto
Instrucciones:
Lava los calabacines y córtalos en tiras finas a lo largo, aproximadamente de 1 cm de grosor.
En un bol, bate el huevo con una pizca de sal y pimienta.
En otro recipiente, mezcla el pan rallado, el queso rallado, el ajo en polvo y las hierbas secas.
Pasa cada tira de calabacín por el huevo batido y luego por la mezcla de pan rallado, asegurándote de que queden bien cubiertas.
Calienta una sartén con aceite de oliva a fuego medio-alto.
Fría los rollitos de calabacín por ambos lados hasta que estén dorados y crujientes, aproximadamente 2-3 minutos por lado.
Una vez listos, retíralos y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Consejos para servir y almacenar:
Sirve los rollitos crujientes de calabacín con una salsa de yogur o una salsa de tomate para un toque extra de sabor.
Si no deseas freír, también puedes hornearlos a 200°C durante 15-20 minutos, o hasta que estén dorados y crujientes.
Los rollitos se pueden almacenar en un recipiente hermético en la nevera hasta por 2 días. Para recalentarlos, colócalos en el horno para mantener la textura crujiente.
Variaciones: