Introducción
Los tomates son una de las hortalizas más versátiles en la cocina, pero su vida útil puede ser limitada si no se almacenan correctamente. En este artículo, te enseñaremos un método efectivo para conservar tomates y disfrutar de su frescura por más tiempo, sin perder sabor ni textura.
Ingredientes
Tomates frescos y maduros
Agua
Sal (opcional, para conservación en salmuera)
Vinagre blanco (opcional, para encurtidos)
Aceite de oliva (opcional, para conservar en aceite)
Frascos de vidrio esterilizados
Instrucciones
Selecciona los tomates: Escoge tomates maduros y sin golpes para asegurar una mejor conservación.
Lávalos bien: Enjuaga los tomates bajo agua corriente y sécalos con un paño limpio.
Decide el método de conservación:
Refrigeración: Guarda los tomates enteros en una bolsa de papel en el refrigerador si están muy maduros.
Congelación: Corta los tomates en rodajas o cuartos y guárdalos en bolsas herméticas en el congelador.
Conserva en frascos: Hierve los tomates enteros o en puré, colócalos en frascos de vidrio esterilizados y ciérralos herméticamente.
Aceite o salmuera: Para una conservación prolongada, sumerge los tomates en aceite de oliva o una mezcla de agua con sal y vinagre.
Etiqueta y almacena: Indica la fecha de conservación y guárdalos en un lugar fresco y oscuro.
Consejos para Servir y Almacenar
No guardes tomates verdes en el refrigerador; en su lugar, déjalos madurar a temperatura ambiente.
Si los conservas en aceite de oliva, añade hierbas como albahaca o ajo para potenciar el sabor.
Los tomates congelados son ideales para salsas, ya que su textura cambia tras descongelarlos.
Variaciones