Introducción:
El perejil fresco es uno de los ingredientes más comunes en la cocina, pero, desafortunadamente, tiende a perder su frescura rápidamente. Si alguna vez has comprado un manojo de perejil solo para ver cómo se marchita en pocos días, este artículo es para ti. Descubre cómo los chefs mantienen el perejil fresco durante semanas gracias a un sencillo pero efectivo método que lo preserva con toda su frescura y sabor.
Ingredientes:
Un manojo de perejil fresco
Un bol grande
Agua
Una toalla de papel o un paño limpio
Una bolsa de plástico o envase hermético
Instrucciones:
Preparación del perejil: Lava el perejil con agua fría para eliminar cualquier suciedad o residuo. Asegúrate de secarlo suavemente con una toalla de papel o un paño limpio para eliminar el exceso de humedad.
Corte de tallos: Recorta los tallos del perejil para que queden aproximadamente a la misma altura, tal como lo harías con flores frescas.
Colocación en el bol: Llena un bol con agua (como si fuera un jarrón). Coloca el perejil con los tallos hacia abajo dentro del bol, asegurándote de que el agua cubra al menos la base de los tallos.
Cubrir el perejil: Cubre el bol con una bolsa de plástico transparente o un envoltorio que permita cierto flujo de aire. Esto crea un ambiente húmedo y protegido.
Almacenaje: Guarda el bol en el refrigerador, en un lugar donde no esté expuesto a golpes o cambios bruscos de temperatura. Cambia el agua cada dos días para mantener el perejil fresco por más tiempo.
Consejos para servir y almacenar:
Este método no solo alarga la vida del perejil, sino que también ayuda a que conserve su color vibrante y su sabor característico.
Para usar el perejil, simplemente retíralo del bol y sécalo ligeramente antes de picarlo o agregarlo a tus recetas.
Si no necesitas todo el perejil a la vez, puedes cortar las ramitas de forma gradual según las necesites, manteniendo el resto intacto en el agua.
Este método funciona también con otras hierbas frescas como el cilantro, la albahaca o el romero.
Variantes: