Introducción
Si buscas una opción diferente y deliciosa para tus comidas, estas albóndigas de pollo con ricota y salsa Alfredo de espinacas son la elección perfecta. Son suaves, jugosas y llenas de sabor, con el toque cremoso de la salsa que las convierte en una verdadera delicia. Además, son una excelente alternativa más ligera a las albóndigas tradicionales de carne roja. ¡Prepárate para sorprender a tu familia con este platillo irresistible!
Ingredientes
Para las albóndigas:
500 g de carne de pollo molida
150 g de ricota
1 huevo
½ taza de pan rallado
2 dientes de ajo picados
½ cucharadita de sal
½ cucharadita de pimienta negra
½ cucharadita de orégano seco
2 cucharadas de queso parmesano rallado
1 cucharada de perejil fresco picado
Para la salsa Alfredo de espinacas:
2 tazas de espinacas frescas
2 cucharadas de mantequilla
2 dientes de ajo picados
1 taza de crema de leche
½ taza de queso parmesano rallado
Sal y pimienta al gusto
Instrucciones
Paso 1: Preparar las albóndigas
En un tazón grande, mezcla el pollo molido con la ricota, el huevo, el pan rallado, el ajo, la sal, la pimienta, el orégano, el parmesano y el perejil.
Forma pequeñas albóndigas con las manos y colócalas en una bandeja.
En una sartén grande con un poco de aceite, dora las albóndigas a fuego medio-alto por unos 5-7 minutos hasta que estén doradas por fuera.
Retíralas del fuego y resérvalas.
Paso 2: Preparar la salsa Alfredo de espinacas
En la misma sartén, derrite la mantequilla y sofríe el ajo hasta que esté fragante.
Agrega las espinacas y cocina hasta que se marchiten.
Añade la crema de leche y el queso parmesano, removiendo hasta que la salsa espese.
Sazona con sal y pimienta al gusto.
Paso 3: Integrar las albóndigas con la salsa
Regresa las albóndigas a la sartén y deja que se cocinen a fuego lento en la salsa durante 10 minutos, permitiendo que absorban el sabor.
Sirve caliente y disfruta con pasta, arroz o pan tostado.
Consejos para servir y almacenar
Acompañamiento: Estas albóndigas van muy bien con pasta, arroz o puré de papas. También puedes servirlas con pan rústico para mojar en la salsa.
Almacenamiento: Guarda las albóndigas en un recipiente hermético en el refrigerador por hasta 3 días.
Congelación: Puedes congelarlas antes o después de cocinarlas. Si ya están cocidas, descongélalas y caliéntalas a fuego bajo en una sartén con un poco de leche o crema para que la salsa recupere su textura.
Variaciones