Introducción
Si buscas una receta rápida y fácil para disfrutar de unos buñuelos irresistibles, estos buñuelos de tomate son la opción perfecta. Con una textura crujiente por fuera y suave por dentro, su sabor ligeramente dulce y ácido los convierte en un aperitivo o acompañamiento ideal. ¡Prepáralos en minutos y verás cómo desaparecen enseguida!
Ingredientes:
2 tomates grandes, maduros pero firmes
1 taza de harina de trigo
½ taza de leche o agua
1 huevo
½ cucharadita de polvo de hornear
½ cucharadita de sal
¼ cucharadita de pimienta negra
½ cucharadita de ajo en polvo (opcional)
½ cucharadita de orégano o albahaca seca
½ taza de queso rallado (opcional)
Aceite para freír
Instrucciones:
Preparar los tomates: Lava y corta los tomates en cubos pequeños, eliminando el exceso de líquido si es necesario.
Mezclar la masa: En un tazón grande, bate el huevo con la leche, luego incorpora la harina, el polvo de hornear, la sal, la pimienta y las especias. Mezcla hasta obtener una masa homogénea.
Incorporar los tomates: Agrega los cubos de tomate y el queso rallado si lo deseas. Revuelve bien para que los ingredientes se integren.
Freír los buñuelos: Calienta abundante aceite en una sartén a fuego medio-alto. Con una cuchara, toma porciones de la mezcla y viértelas en el aceite caliente. Fríe por ambos lados hasta que estén dorados y crujientes.
Escurrir y servir: Retira los buñuelos y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa. ¡Listos para disfrutar!
Consejos para servir y almacenar:
Servir calientes: Los buñuelos de tomate son más sabrosos cuando se sirven recién hechos, acompañados de una salsa de yogur, mayonesa de ajo o incluso guacamole.
Almacenamiento: Si sobran, guárdalos en un recipiente hermético en el refrigerador hasta por 2 días. Para recalentarlos, usa un horno o freidora de aire para mantener su textura crujiente.
Variaciones:
