Introducción:
Los buñuelos de verduras son una opción deliciosa, saludable y muy versátil que puedes disfrutar en cualquier momento. Ya sea como aperitivo, acompañante o incluso como plato principal, estos buñuelos ofrecen una explosión de sabor y son una forma perfecta de incorporar más vegetales a tu dieta. En esta receta, aprenderás cómo preparar buñuelos de verduras crujientes por fuera y suaves por dentro, perfectos para cualquier ocasión. Además, podrás experimentar con diferentes vegetales y adaptarlos a tus preferencias.
Ingredientes:
1 taza de zanahorias ralladas
1 taza de calabacín rallado
1/2 taza de cebolla finamente picada
1/2 taza de espinacas o acelga picada
1 huevo
1/4 taza de harina de trigo (o harina sin gluten para opción sin gluten)
1 cucharadita de polvo de hornear
1/2 cucharadita de sal
1/4 cucharadita de pimienta
1 cucharada de aceite de oliva (y más para freír)
Opcional: hierbas frescas como perejil o cilantro
Instrucciones:
En un tazón grande, mezcla las zanahorias, calabacín, cebolla y espinacas. Si el calabacín suelta demasiada agua, exprímelo ligeramente con las manos.
Agrega el huevo, la harina, el polvo de hornear, la sal, la pimienta y las hierbas si estás usando. Mezcla bien hasta obtener una masa espesa.
Calienta una sartén antiadherente con un poco de aceite de oliva a fuego medio.
Con la ayuda de una cuchara, toma pequeñas porciones de la mezcla y forma bolitas. Colócalas cuidadosamente en la sartén caliente.
Cocina los buñuelos por aproximadamente 3-4 minutos por cada lado, o hasta que estén dorados y crujientes.
Retira los buñuelos de la sartén y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Sirve caliente y disfruta.
Consejos para servir y almacenar:
Los buñuelos de verduras son perfectos para acompañar salsas como tzatziki, yogur natural o salsa de tomate.
Puedes almacenarlos en un recipiente hermético en el refrigerador por hasta 3 días. Para recalentarlos, colócalos en una sartén con un poco de aceite para que queden crujientes nuevamente.
Si deseas hacerlos en mayor cantidad, puedes congelarlos después de freírlos, para disfrutarlos en otro momento. Simplemente congélalos en una sola capa y, una vez congelados, guárdalos en una bolsa de congelación.
Variaciones: