Introducción:
¿Sabías que las cáscaras de mandarina son una excelente fuente de sabor y nutrientes? En lugar de tirarlas, puedes transformarlas en un ingrediente especial para una receta sencilla y deliciosa. Desde un delicioso azúcar aromatizado hasta una mermelada casera, las cáscaras de mandarina ofrecen una versatilidad increíble en la cocina. ¡Sigue leyendo para descubrir cómo hacer un platillo único con ellas!
Ingredientes:
2 cáscaras de mandarinas frescas
1 taza de azúcar
1/2 taza de agua
Jugo de 1 mandarina
1 cucharadita de ralladura de limón (opcional)
Unas hojas de menta (opcional, para decorar)
Instrucciones:
Lava bien las mandarinas y pela las cáscaras, asegurándote de retirar la mayor parte de la parte blanca para evitar el amargor.
Corta las cáscaras en tiras finas o en trozos pequeños, según prefieras.
En una sartén grande, coloca las cáscaras, el azúcar y el agua. Cocina a fuego medio, removiendo ocasionalmente hasta que el azúcar se disuelva por completo.
Agrega el jugo de mandarina y, si lo deseas, la ralladura de limón para un toque fresco.
Cocina la mezcla durante 10-15 minutos, hasta que las cáscaras estén suaves y el jarabe haya espesado un poco.
Retira del fuego y deja enfriar. Puedes usar la mezcla como un sirope o untarla en panes, galletas o como acompañamiento de postres.
Consejos para servir y almacenar:
Sirve las cáscaras de mandarina en tarros pequeños como un acompañante dulce para tus pasteles o galletas.
Si prefieres una textura más suave, puedes procesar la mezcla en una licuadora.
Almacena en un frasco hermético en el refrigerador por hasta dos semanas. Si la has convertido en un sirope, puedes usarla como un topping para helados, yogur o panqueques.
Variantes: