Introducción
El Migliaccio es un pastel típico de la región de Nápoles, Italia. Se prepara con sémola, ricotta y una combinación delicada de sabores que resultan en un postre suave y delicioso. Su textura cremosa y ligera lo convierte en un plato ideal para las celebraciones o para disfrutar en cualquier ocasión especial. A pesar de su sabor tradicional y su historia, la receta de Migliaccio es bastante accesible y fácil de seguir, haciendo de este pastel un clásico irresistible para cualquier amante de la repostería italiana.
Ingredientes
250 g de sémola fina
700 ml de leche
100 g de azúcar
500 g de ricotta
3 huevos
1 cucharadita de esencia de vainilla
Ralladura de un limón
1 pizca de sal
30 g de mantequilla
50 g de queso parmesano rallado
1 cucharada de polvo de hornear
Instrucciones
En una cacerola grande, calienta la leche con la mantequilla, la ralladura de limón y una pizca de sal.
Cuando la leche esté caliente, agrega la sémola en forma de lluvia, revolviendo constantemente para evitar que se formen grumos. Cocina a fuego lento durante unos 5-7 minutos hasta que la mezcla espese y se convierta en una crema espesa. Retira del fuego y deja enfriar durante 15-20 minutos.
Mientras se enfría la mezcla de sémola, bate los huevos con el azúcar, la esencia de vainilla y el queso parmesano rallado en un tazón grande.
Añade la ricotta a la mezcla de huevos y mezcla hasta que esté bien incorporada.
Incorpora la mezcla de sémola enfriada en el tazón con los otros ingredientes. Añade el polvo de hornear y mezcla bien hasta obtener una masa homogénea.
Precalienta el horno a 180 °C (350 °F). Engrasa y enharina un molde redondo para hornear de aproximadamente 24 cm de diámetro.
Vierte la mezcla en el molde y hornea durante 40-50 minutos, o hasta que la superficie esté dorada y un palillo insertado en el centro salga limpio.
Deja enfriar antes de desmoldar y servir.
Consejos para servir y almacenar
El Migliaccio se puede servir tanto frío como a temperatura ambiente, lo que lo hace muy versátil.
Puedes espolvorearlo con azúcar glas o acompañarlo con una salsa de frutas para un toque extra de sabor.
Este pastel se conserva bien en la nevera durante 3-4 días. Cúbrelo con plástico de cocina para evitar que se seque. También se puede congelar durante 1-2 meses, asegurándose de envolverlo bien en papel film y luego en papel de aluminio.
Variaciones