Introducción
Si eres amante del queso y buscas una receta que eleve el sabor del pollo a otro nivel, este pollo en salsa cremosa de gorgonzola es la elección perfecta. Con una textura suave y un toque sofisticado, esta receta combina lo mejor de la cocina casera con un toque gourmet. Ideal para cenas especiales o simplemente para consentirte con un platillo irresistible.
Ingredientes
Para preparar este delicioso platillo, necesitarás:
Para el pollo:
2 pechugas de pollo grandes (o 4 filetes)
1 cucharadita de sal
½ cucharadita de pimienta negra
1 cucharadita de ajo en polvo
1 cucharada de aceite de oliva
1 cucharada de mantequilla
Para la salsa de queso gorgonzola:
1 taza de crema para batir (o crema de leche)
½ taza de queso gorgonzola desmenuzado
1 diente de ajo finamente picado
½ cucharadita de nuez moscada
½ cucharadita de pimienta negra
¼ de taza de caldo de pollo (opcional, para aligerar la salsa)
Perejil fresco picado para decorar
Instrucciones
Preparar el pollo:
Sazona las pechugas de pollo con sal, pimienta y ajo en polvo.
En una sartén grande, calienta el aceite de oliva y la mantequilla a fuego medio-alto.
Dora el pollo por ambos lados hasta que esté bien cocido (aproximadamente 6-7 minutos por lado). Retira y reserva.
Preparar la salsa de gorgonzola:
En la misma sartén, reduce el fuego a medio y agrega el ajo picado. Sofríe por unos segundos hasta que suelte su aroma.
Vierte la crema y mezcla bien. Agrega el queso gorgonzola y cocina a fuego bajo, removiendo hasta que se derrita completamente.
Añade nuez moscada, pimienta negra y, si la salsa está muy espesa, un poco de caldo de pollo para ajustar la consistencia.
Unir y servir:
Regresa el pollo a la sartén y báñalo con la salsa cremosa.
Cocina por 2-3 minutos más para que absorba los sabores.
Decora con perejil fresco y sirve caliente.
Consejos para servir y almacenar
Acompañamiento perfecto: Sirve con pasta, puré de papa o arroz para aprovechar la deliciosa salsa. También puedes acompañarlo con espárragos o una ensalada fresca.
Almacenamiento: Guarda las sobras en un recipiente hermético en el refrigerador por hasta 3 días. Para recalentar, hazlo a fuego bajo en una sartén con un chorrito de leche o caldo para mantener la cremosidad.
Congelación: No se recomienda congelar la salsa, ya que puede separarse al descongelar.
Variaciones
