Introducción
El San Sebastián Cheesecake, también conocido como “tarta de queso quemada”, es un postre originario del País Vasco, específicamente de la ciudad de San Sebastián. Su apariencia rústica y su textura cremosa con un toque caramelizado lo han convertido en un favorito mundial. A diferencia del cheesecake tradicional, este se hornea a alta temperatura, lo que crea una superficie dorada y un interior suave y cremoso.
Ingredientes
Para preparar un auténtico San Sebastián Cheesecake, necesitarás:
600 g de queso crema
200 g de azúcar
4 huevos
250 ml de crema para batir (mínimo 35% de grasa)
1 cucharada de harina de trigo (opcional, para mayor consistencia)
1 cucharadita de extracto de vainilla
1 pizca de sal
Instrucciones
Precalentar el horno a 210 °C y forrar un molde desmontable de 20 cm con papel pergamino, asegurándote de que sobresalga por los lados.
Batir el queso crema en un bol grande hasta que esté suave y sin grumos.
Agregar el azúcar y seguir batiendo hasta integrar completamente.
Incorporar los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición.
Añadir la crema para batir, el extracto de vainilla y la sal, mezclando hasta obtener una textura homogénea.
Opcional: Agregar la cucharada de harina y mezclar suavemente.
Verter la mezcla en el molde preparado y hornear durante 40-45 minutos, o hasta que la parte superior esté dorada y el centro aún tenga un ligero temblor.
Dejar enfriar a temperatura ambiente antes de desmoldar y refrigerar al menos 4 horas para obtener una textura óptima.
Consejos para Servir y Almacenar
Para un sabor más intenso, deja reposar el cheesecake en la nevera durante 24 horas antes de servir.
Puedes acompañarlo con frutos rojos, miel o caramelo para potenciar su sabor.
Almacena el cheesecake en el refrigerador cubierto con film plástico hasta por 3-4 días.
Si deseas congelarlo, envuélvelo bien en film y guárdalo hasta por un mes.
Variantes