Introducción
Si hay un postre que nunca pasa de moda, es la tarta de queso. Suave, cremosa y con un toque irresistible, esta versión sin corteza es perfecta para quienes disfrutan de un bocado delicado y lleno de sabor. Inspirada en las recetas tradicionales de la abuela, esta delicia es fácil de hacer y solo requiere unos pocos ingredientes básicos. ¡Prepárate para disfrutar de una tarta de queso casera que se derrite en la boca!
Ingredientes
500 g de queso crema
200 g de azúcar
4 huevos
200 ml de nata para montar (crema de leche)
1 cucharadita de esencia de vainilla
1 cucharada de maicena
Ralladura de 1 limón (opcional)
Instrucciones
Preparar el horno: Precalienta el horno a 180 °C y engrasa un molde desmontable con mantequilla o forra con papel de hornear.
Batir los ingredientes: En un bol grande, mezcla el queso crema y el azúcar hasta obtener una textura suave. Agrega los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición.
Incorporar el resto de ingredientes: Añade la nata, la esencia de vainilla y la maicena tamizada. Mezcla hasta obtener una masa homogénea y sin grumos. Si deseas un toque cítrico, incorpora la ralladura de limón.
Hornear: Vierte la mezcla en el molde y hornea durante aproximadamente 50 minutos o hasta que la tarta esté dorada y ligeramente temblorosa en el centro.
Enfriar y servir: Deja enfriar la tarta dentro del horno con la puerta entreabierta para evitar que se agriete. Luego, refrigérala por al menos 4 horas antes de servir.
Consejos para servir y almacenar
Acompañamientos: Sirve la tarta con frutas frescas, mermelada de frutos rojos o una ligera capa de azúcar glas.
Almacenamiento: Guarda la tarta en el refrigerador en un recipiente hermético por hasta 4 días. También puedes congelarla en porciones individuales y descongelar cuando desees.
Variaciones